Preguntas frecuentes

No tengo cubierta ¿Necesito tener techo disponible para poder entrar en un proyecto de Comunidad Energética?

No es necesario. Una de las ventajas de pertenecer a una comunidad energética es precisamente que habrá socios que no dispongan de espacio en sus cubiertas y otros que sí, o que utilicen cubiertas de terceros, como naves industriales o cubiertas de titularidad pública que sean cedidas a la comunidad energética, hay muchas opciones. La distancia máxima entre generación (la ubicación donde irán las placas) y de consumo debe ser como máximo de 2.000 metros.

¿Tengo que cambiar de comercializadora para sumarme a una instalación de autoconsumo colectivo?

No es necesario que cambies de comercializadora, simplemente tendrás que comunicarle a tu compañía que te has sumado a una instalación de autoconsumo colectivo tras firmar el acuerdo de reparto.

¿Es necesario realizar algún tipo de obra en mi casa, comercio o empresa para poder sumarme a una instalación de autoconsumo colectivo?

No es necesario que lleves a cabo ningún tipo de obra o instalación en tu casa.

¿Qué ocurre con la energía que producimos y no consumimos?

La energía producida que no es consumida se inyecta en la red, la cual se denomina "excedentes". En cada ciclo de facturación recibirás a cambio de estos excedentes una compensación en tu factura, en forma de descuento, lo cual supondrá un ahorro.

Al final del periodo de facturación, un mes, la comercializadora realizará la compensación entre el coste de la energía comprada de la red y el valor de la energía excedentaria inyectada a la red, de manera que en la factura se descontará el valor de esos excedentes.

Por este motivo son tan interesantes las comunidades energéticas, porque al estar compuestas por muchos socios, los hábitos y los horarios de consumo son muy variados y esto hace que haya pocos excedentes, con lo cual es ahorro es mayor.

Con independencia de lo anterior, las comercializadoras ofrecen productos comerciales como la “batería virtual”, la cual funciona como una hucha o monedero donde se va acumulando ese sobrante en kWh o ya pasado a euros para utilizarlo en facturas de meses posteriores e incluso para una segunda vivienda, y por la cual, las comercializadoras cobran unos costes.

¿Cuáles son los costes de funcionamiento asociados a participar en una comunidad energética?

Los costes asociados a participar en una comunidad energética dependerán de la organización de la misma, la externalización de servicios que desarrolle y las actividades que desempeñe. Partiendo de un escenario donde la primera actividad a desarrollar sea el autoconsumo colectivo, existirán unos costes mínimos de mantenimiento de la instalación y cobertura de incidencias, a través de un seguro de responsabilidad civil.

¿Cuál es la diferencia entre comunidad energética y autoconsumo colectivo?

El autoconsumo colectivo es una de las actividades que puede desarrollar una comunidad energética y que contribuye al propósito de generar un sistema energético más justo, sostenible, eficiente, colaborativo y descentralizado. La Comunidad Energética, puede desarrollar otras actividades más allá del autoconsumo colectivo, como son acciones de eficiencia energética o soluciones de movilidad.

¿Qué son las baterías virtuales? ¿Se pueden aplicar a las comunidades energéticas?

Los excedentes que hay en una instalación de autoconsumo se pueden vender o compensar. Si se compensan se paga una cantidad económica (que suele ser un 30% del coste al que pagamos el kWh) por la cantidad de energía en kWh que nos ha sobrado. Es decir, es una compensación económica y se compensa hasta que el término de energía en nuestra factura sea 0 €

Si esa compensación económica es superior al término de energía perderíamos esa cantidad económica ya que la compensación no se acumula, sino que es mes a mes.

La batería virtual funciona como una hucha o monedero donde se va acumulando ese sobrante en kWh o ya pasado a euros para utilizarlo en facturas de meses posteriores e incluso para una segunda vivienda.

Este servicio tiene un coste que depende de la comercializadora, así que se recomienda para instalaciones donde existen muchos excedentes, bien porque son para una segunda vivienda o bien porque la instalación primitiva en su momento se sobredimensionó. En el caso de las comunidades energéticas, cuando se diseñan las instalaciones y sus repartos, se debería intentar que los excedentes fuesen lo menor posible, es decir, que las instalaciones no estén sobredimensionadas y, al acumular un mayor volumen de energía excedentaria por tener muchos consumos asociados, esta energía se venda en lugar de compensarse. Dicha venta se revertería en la propia comunidad para acometer algunos gastos generales, aunque como siempre la decisión de compensar o vender quedará en las manos de los comuneros...

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